El Milagro de San Pedro: El Terremoto de 1826 que derrumbó la Iglesia y renovó la Fe.

Mientras transcurrían los días calurosos de enero en Tucumán, del año 1826, un terremoto de magnitudes bíblicas sacudiría el departamento Trancas, al norte de Tucumán.  La magnitud estimada fue de 6,4º en la escala de Richter, a una profundidad de 38 km; y de una intensidad de "grado VIII" en la escala de Mercalli. Que dejaría muerte y desolación. Pero la Fe ayudó a los pueblos a levantarse.

Ilustración de las ruinas de Trancas. 


Por ese entonces Trancas y San Pedro eran poblados muy chicos (San Pedro recién comenzaría a proliferar en 1858) pero la iglesia o los curatos ya estaban presentes en las encomiendas de toda la región. 

Según se relata en el libro: "Departamento de Trancas Origen y Evolución" de Silvia Formoso y Elena Perilli Colombres Garmendia. El terremoto ocurrió a las 6 de la mañana del 19 de enero de 1826. Los relatos dan cuenta de: "Casas destruidas por el temblor, pueblos desolados, la tierra abierta en varias partes donde brotaba agua"

El libro deja en manifiesto la magnitud del desastre natural: "El 19 de enero tuvo lugar el primer choque que comenzando con un ruido y un movimiento trémulo que duró pocos segundos y que hizo que las puertas se abrieran y cayeran diversos objetos del mobiliario, y que esta fue la señal para que sus habitantes huyeran de sus casas, después de una pausa de dos o tres segundos, recomenzó el ruido con violentos movimientos de balanceo y en ese momento, la iglesia y varias casas se desplomaron. Media hora después , otro sacudon destruyó la mayoría de las casas restantes y durante todo el día hasta las 10 de la noche, varias sacudidas completaron la destrucción del pueblo tanto en la Villa Vieja de Trancas con la Iglesia y pocas casas de San Pedro". 

Relatan que en Trancas sacaron las imágenes de los santos en procesión pidiendo protección, mientras los movimientos siguieron por días. Relatos también indican que una Imagen de San Pedro Apóstol quedó intacta en la vieja capilla de Colalao. 

En Colalao se reconstruyó la Iglesia con aportes vecinales recién en 1834, ya bajo la advocación de San Pedro, que continúa hasta hoy. 

Actual Iglesia.


Pasaron los años y con San Pedro de Colalao convertida como la primera villa veraniega de la provincia, los hermanos Medici (Antonio, Venancio y Marcos), constructores italianos radicados en Tucumán desde 1890, comienzan más adelante la construcción del actual templo. 

Historiadores de la arquitectura adjudican que el templo posee un "sobrio lavado neogótico con detalles neorrománticos", lo cual contribuye a resaltar su ejemplar construcción. El proyecto fue del cuerpo de ingenieros del municipio de Tucumán. La nave central acuña un fresco de 1911, obra de Sebastiá y Perst que da realce a su interior. Posee otras reliquias como la antigua imagen de San Pedro tallado en madera blanda con su báculo y triple tiara papal de plata, más la obra pictórica del italiano Gaspar Spadafora, realizada después de 1912, que representa en gran tamaño a la Inmaculada Concepción. También ostenta la campana de casi 90 kg que fue hallada en 1981 y estaba perdida en nuestros cerros, cuando la transportaban a lomo de mula desde los Valles Calchaquíes; su una antigüedad estimada es de más de 300 años, dadas las características y detalles de su fundición. 

La actual villa de San Pedro de Colalao nació en 1858 en un terreno de 22 hectáreas donados por la comunidad del Colalao a la iglesia, representados por su apoderado don Ambrosio Colombres y Córdoba. Es decir que la villa nació en torno a la iglesia.

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