Historia para conocer: Las letras de Atahualpa Yupanqui dedicadas a San Pedro de Colalao.

“Con mi caballo cansao y el aperito ladeao, me voy yendo despacito, pa’ San Pedro y Colalao” Así comienza Vidalita Tucumana compuesta por el gran Atahualpa Yupanqui. Un gran exponente de la música que vivió en Tucumán y se enamoró también de San Pedro. En otro recordatorio de su natalicio te contamos esta linda historia. 

Nacido el 31 de enero de 1908, en Campo de la Cruz, provincia de Buenos Aires, con el nombre de Héctor Roberto Chavero. Fue guitarrista, cantautor, poeta y escritor y máxima figura del folklore argentino.

Hijo de un matrimonio de criollos, a los seis años comenzó a estudiar violín con el cura del pueblo, pero inmediatamente se inclinó por la guitarra, de la mano del maestro Bautista Almirón. En 1913, para unas colaboraciones literarias en el periódico escolar, elige el pseudónimo Atahualpa, en homenaje al último soberano Inca; años después, le agregó el Yupanqui. La traducción de su nombre completo sería: Ata: venir; Hu: de lejos; Allpa: tierra; Yupanqui: decir, contar. Con lo cual su nombre significa: el que vino de lejanas tierras a contar.

En 1917, su familia se trasladó a Tucumán, tierra que enamoró a Atahualpa y a la que le dedicaría zambas y poemas. 

Imaginemos por un momento el San Pedro de Colalao de la década del 30 y 40. Calles totalmente de tierra, con la plaza Leocadio Paz sin sus pircas, sólo cercada por alambre pero que ya tenía su pirámide central, con algunos árboles jóvenes y bancos de madera entre los rasos jardines. La Iglesia nuevita y las construcciones inmensas que hoy se conservan. Era un San Pedro que venía en amplio crecimiento, era la primer villa turística de la provincia y en ella compartían muchos momentos la población local (devenida de las encomiendas Colalao), las comunidades de inmigrantes que comenzaban a llegar (Españoles, Italianos, Libaneses) y personalidades de la alta sociedad tucumana, que elegía este lugar como su segunda residencia. 

Por ejemplo encontramos entre las personalidades que amaban San Pedro a Brigido Terán: Un industrial Azucarero que además fue dos veces Senador Nacional.  Una persona que llegó a estimular mucho la cultura local, fue quién hizo construir un salón de actos en la esquina de 24 de septiembre y Las Heras (donde hoy funciona una farmacia) allí se proyectaban películas, se realizaban bailes, veladas boxísticas, había una biblioteca y veladas musicales. Una de las grandes presentaciones en los años 1940 fue la de Atahualpa Yupanqui. Cuentan los relatos de la época que vino varias veces y que eran jornadas inolvidables. 

Sin duda era importante el aprecio que le tenía Atahualpa a Tucumán y a San Pedro de Colalao. Entre sus 325 composiciones 3 se las dedica a San Pedro o zonas cercanas, ellas son: “Vidalita Tucumana” tema que figura en su disco “Mi Tierra te están Cambiando” de 1973.

VIDALITA TUCUMANA

Con mi caballo cansao

y el aperito ladeao

me voy yendo despacito

pa’ San Pedro y Colalao


Ralito está el sol

tapao pue’ nublao

apenas se ve el camino

pa’ San Pedro y Colalao


De la tranca salí anoche

por el sarate pasé

por gusto de andar andando

el molino atravesé


Ralito está el sol

tapao pue’ nublao

apenas se ve la senda

pa’ San Pedro y Colalao


Don Gregorio Cata

por donde andará

si lo habrá topao la muerte

o anda penando por ahí


Don Gregorio Cata

por donde andará

mi amigo Gregorio Cata

por donde andará...


Con mi caballo cansao

y el aperito ladeao

me voy yendo despacito

pa’ San Pedro y Colalao

Mi amigo Gregorio Cata

por donde andará...


La Zarateña una Zamba Tucumana. Zarateña significa: natural de Zárate, localidad en el Departamento de Trancas en la provincia de Tucumán. Esta zamba fue publicada en 1941. 

LA ZARATEÑA

Letra y música: Atahualpa Yupanqui

(Pergamino, B.A., Argentina, 1908-1992)

I

¡Arriba los pañuelos!

Vueltita entera dala, mi dueña,

que esta zamba es de mis pagos,

tierrita gaucha, mi zarateña!...


¡Al otro lao, viditay!

Ojitos negros como mis penas;

que yo sin mirar al suelo

sigo tu rastro, mi zarateña!...


Estribillo

Tengo ponchito 'i pobre;

tengo mi rancho cerca 'e las peñas…

Y tengo un corazón juerte

para quererte, mi zarateña!...(¡áhura!)


II

Lindo es cantar de noche

cuando aparece la luna llena,

y sentir bajo los sauces

la musiquita de las acequias!...


Cuando bailo la zamba

se apaga el ruido de mis espuelas,

y sólo se siente el vuelo

de tu pañuelo, mi zarateña!...


 Y también la popular canción Ranchito de Colalao que fuera escrita en San Pedro en casa de doña Argentina Colombres en una de las tantas fiestas locales. 

RANCHITO DE COLALAO

Paisaje de Colalao

Ríos, montes y sierras

Y un ranchito en la tierra

Mitad de adobe, mitad quinchao

Y un ranchito en la tierra

Mitad de adobe, mitad quinchao


Brisa con suave fragancia

De los aromos en flor

Y el canto del trovador

A la china de la estancia

Y el canto del trovador

A la china de la estancia


Cuando me fui, ¡ay de mí!

Las aves que me escuchaban

Juntas conmigo lloraban, ¡vidita!

Al verme llorar por ti

Juntas conmigo lloraban, ¡vidita!

Al verme llorar por ti


Ranchito del Colalao

Perdidito entre las tunas

Donde se baila la zamba, ¡vidita!

Bajo la luz de la luna

Donde se baila la zamba, ¡vidita!

Bajo la luz de la luna


Ranchito del Colalao

Un río te pasa cerca

Llevando a tierras lejas, ¡vidita!

Mensajes de árbol y piedra

Llevando a tierras lejas, ¡vidita!

Mensajes de árbol y piedra


Ranchito del Calalao

Donde quedo mi canción

Como una tierna promesa, ¡vidita!

Colgada de aquel horcón

Como una tierna promesa, ¡vidita!

Colgada de aquel horcón



Como siguió la vida de Atahualpa

A causa de su afiliación al Partido Comunista, que duró hasta 1952, su obra sufrió la censura durante la presidencia de Juan Domingo Perón; fue detenido y encarcelado varias veces. Atahualpa se fue a Europa en 1949.

La reconocida Édith Piaf lo invitó a actuar en París el 7 de Julio de 1950. Inmediatamente firmó contrato con "Chant du Monde", la compañía de grabación que publicó su primer LP en Europa, "Minero soy", que obtuvo el primer premio de Mejor Disco de la Academia Charles Cros, que incluía trescientos cincuenta participantes de todos los continentes en el Concurso Internacional de Folclore. Posteriormente, viajó extensamente por Europa.

En 1952, Yupanqui regresó a Buenos Aires. Él rompió relación con el Partido Comunista, lo que hizo más fácil concertar actuaciones en radio. Mientras que con Nenette, su esposa, construía su casa de Cerro Colorado, provincia de Córdoba, Yupanqui recorre el país.

El reconocimiento del trabajo etnográfico de Yupanqui se generalizó durante la década del ´60, y con artistas como Mercedes Sosa y Jorge Cafrune grabó sus composiciones y lo hizo popular entre los músicos más jóvenes, que se refieren a él como Don Ata.

Yupanqui alterna entre sus casas en Buenos Aires y Cerro Colorado. Durante 1963-1964, realiza una gira por Colombia, Japón, Marruecos, Egipto, Israel e Italia. En 1967, realizó una gira por España, y se estableció en París.

Volvió periódicamente a la Argentina y apareció en Argentinísima II en 1973, pero estas visitas se hicieron menos frecuentes cuando la dictadura militar de Jorge Videla llegó al poder en 1976.

En 1986 Francia lo condecoró como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras. En 1987 volvió al país para recibir el homenaje de la Universidad de Tucumán.

Debió internarse en Buenos Aires en 1989 para superar una dolencia cardíaca, pese a lo cual en Enero de 1990 participó en el Festival de Cosquín. A los pocos días, Yupanqui cumplió un compromiso artístico en París.

Volvió a Francia en 1992 para actuar en Nîmes pero se indispuso y allí murió el 23 de Mayo.

Por su expreso deseo, sus restos fueron repatriados y descansan en Cerro Colorado.







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